domingo, 3 de agosto de 2014

Gloria alemana; historia para Maracaná


Aunque la cita estaba pautada para el domingo, yo quise ir a conocerlo dos días antes. Siempre me dijeron que no era cualquier cosa, que era un Mundial, en Brasil y que la final iba a ser en Maracaná. Era algo así como un combo con piezas ideales.

Decidí acercarme el viernes para ver qué tal se veía, para ver cómo era y para saber qué se sentía estar allí. Al llegar fui consciente de la fusión de importancias que emanaba ese lugar. El “Maracanazo” hizo de ese recinto un sitio turístico, un lugar histórico; tienes que visitarlo así no te guste el deporte, así como seguro tendrías en mente ir al Cristo Redentor o al Pan de Azúcar. De hecho no escaparías de ello porque está incluido en los paquetes de los tours de la ciudad. Es Maracaná, un verdadero templo del fútbol.

Lo recorrí de atrás para adelante, incluso desde la estación del metro que lleva su nombre. Fue muy especial saber que iba a poder entrar en 48 horas para vivir un momento inolvidable.

El domingo al despertar el pensamiento era claro y unánime: Hoy es la final del Mundial. Venía la locura. Esta vez habían más alemanes que en Belo Horizonte pero tampoco eran mayoría porque los argentinos hicieron de Río, su casa por un rato.

Todo tuvo mucho orden, desde el metro hasta el momento de llegar a la silla. Los controles de seguridad parecían excesivos pero se trataba de un acontecimiento único en Brasil para los nuevos tiempos. Precisamente desde los primeros puntos policiales ya se divisaba, desde un ángulo que no conocía, el coso donde se volvería a jugar una final del campeonato del mundo.

Con toda sinceridad creo que saberme tan cercano de un lugar que contendrá un acontecimiento como ese, produce una sensación realmente única. No era un partido más, era la final del Mundial en Maracaná.

Una vez allí solo quería que empezara el juego. En cierto instante uno se olvida de la magia que produce el lugar y solo quiere ver fútbol, más aún después de haber seguido el Mundial con tanto esmero. El efecto de embelesamiento se rompió para ver jugar a Alemania y Argentina.

El momento clave del cotejo lo protagonizó Gonzalo Higuaín, quien falló una gran oportunidad frente a Manuel Neuer cuando apenas corrían los primeros minutos ¿Se imaginan que hubiera convertido ese chance? Probablemente el juego se iba a abrir e iba a provocar que los teutones se abocaran con algo de necesidad para buscar el empate, y que la “Albiceleste” generara una táctica de repliegue inteligente para esperar dar otro golpe. No es que los de Sabella se meterían atrás, pero ya podían dominar el juego a partir del marcador.

La misma combinación estuvo involucrada luego en otra acción, esta vez de polémica: el posible penal del portero alemán sobre el delantero argentino; una acción para discutir pero que a fin de cuentas no terminó justificando la actuación de la bicampeona del mundo esa tarde.

Otra vez en la prórroga

El Mundial se antojó en sus últimas dos ediciones de querer extenderse sin llegar a los penales. El recuerdo final de Suráfrica 2010 mostró a Andrés Iniesta asestando un derechazo que batió a Maarten Stekelenburg en el Soccer City de Johannesburgo; un momento que presagiaba que la copa ya se quedaría del lado español.

De Iniesta, la imagen se trasladó a Mario Gotze, pero esta vez de zurda. En el “Monstruo” de Río ya se estaba olfateando el aroma a penales, penales que yo no quería. No deseaba que un campeón del mundo se decidiera por esa vía y menos estando allí; iba a ser la cosa más injusta del mundo. Seguro habría más emoción pero al diablo con la emoción.

Gotze sorprendió a los argentinos y a mí también; era el gol de la vida para unos y de la muerte para otros. No había mucho más que buscar, las piernas argentinas estaban liquidadas por la prórroga ante Holanda, y Messi no la embocó en la última esperanza argentina.

Nicola Rizzoli sentenció el fin del Mundial, el fin de la final y con ello se decretó que Alemania era la nueva campeona del mundo.

Mi ubicación no me permitió ver de cerca el gol glorioso de Gotze pero sí pude observar la celebración del nuevo monarca. La copa estaba allí, en manos de un Schweinsteiger que no tenía muchas ganas de soltarla. La hinchada alemana, cerca de mí, por fin sonrió tras varios intentos fallidos de su selección.

El universo conoció al nuevo “Tetra” en Maracaná; todo quedó entre históricos.


El silencio de Belo Horizonte


Fue raro saber que habría feriado a causa del deporte, pero claro, al momento lo asimilé sin dificultad. Sabía que era muy importante, sabía que jugaba Brasil en Brasil; es que ya yo estaba allí y era muy diferente imaginarlo con tanta exactitud a la distancia.

Belo Horizonte fue muy cálida un día antes de la primera semifinal del Mundial 2014; había mucho movimiento de gente como se hace típico en el centro de cualquier ciudad y podía encontrar cierta diversidad de turistas con relativa facilidad.

Las emisoras radiales se escuchaban en los abundantes kioscos de la zona y en todas hacían referencia al juego que enfrentaría la selección brasileña ante Alemania “Mañana en Mineirao”. En la esquina un vendedor ambulante ataviado de verde y amarillo se notaba muy animado, acompañado de música y con banderas de su país en sus manos. Era una ferviente y constante confirmación que se notó en pocos minutos y en pocos metros: La vida del brasileño es el fútbol.

Ese lunes en el estadio mucha gente se acercó para tomarse fotos y contemplar de forma tranquila el gran escenario de la Avenida Antonio Abrahão. Hasta la tarde del día siguiente el ambiente estuvo así, tranquilo y feliz.

Llegó el 8 de julio y algunas tiendas y establecimientos comerciales abrieron pero solo por tres horas. Todos aguardaban por el juegazo entre “El Penta” y el tricampeón del mundo. De eso nadie dudaba; parecía que sería una semifinal titánica e inolvidable, aunque inolvidable fue.

Mientras el denominador común camino a Mineirao era ver aficionados vestidos de amarillo, tres autobuses llenos de camisetas blancas pasaron a un lado. Era la minoría que terminaría repleta de alegría esa noche.

Los alemanes tenían todo muy bien preparado, mientras que Scolari no. La fuerza del himno no bastó esta vez y la debilidad estaba por aflorar. Brasil poco a poco empezó a ponerse de rodillas ante la mayor muestra de superioridad jamás vista. Lo sorprendente es que estaba ocurriendo en una semifinal de Mundial; una completa falta de respeto a la historia y al compromiso.

Si por la TV muchos pensaron que la imagen de un gol podía ser repetición, estando allí pensé que se trataba de un amistoso, pero de un amistoso entre barrios vecinos o de amigos del colegio en un reencuentro. No fue un juegazo y menos fue digno de esa instancia en una Copa del Mundo, pero Alemania jugó como una verdadera máquina de hacer fútbol, dio cátedra de como noquear la localía, las estrellas, el himno, el estadio y a los miles de aficionados brasileños. Esta generación germana no se podía comparar con la plantilla canarinha, y lo mejor de todo para ellos, es que lo demostraron con absoluta contundencia.

No sé si esto fue peor que el “Maracanazo” y tampoco lo voy a discutir. Cada quien, habiendo vivido o no el Mundial de 1950, o el actual de 2014, puede hacer su propio juicio; lo que yo sé, en hechos concretos, es que la Brasil de hace 64 años no había sido campeona del mundo aún y esta ya lo había sido en cinco oportunidades, aquello fue una final y esto una semifinal, aquella generación tenía una calidad desbordante y esta solo a un joven de 22 años, y que ni siquiera estuvo ese día, junto a una defensa que borró su buena imagen en 29 minutos.

Jamás olvidaré esa tarde-noche, jamás olvidaré las innumerables corridas de Lahm, ni el despliegue de Khedira en el mediocampo, a quien nunca le había dado mucho crédito, tampoco a Kroos ni a Muller, y por supuesto, jamás olvidaré el histórico gol de Klose aunque no lo haya celebrado con su habitual voltereta.

Jamás olvidaré el silencio que escuché.

En Belo Horizonte fue feriado el martes, y el miércoles debió haberse dictado otro decreto, el del luto.


sábado, 5 de julio de 2014

Mi bolsa de Wembley

 


Sin querer, en cierto momento un objeto práctico se convirtió en el centro de mis gustos, el lugar donde reposa la pasión por sitios sin visitar con la promesa de algún día ir hasta allá.

Fue un regalo, un gran regalo que estaba lleno de recuerdos de un episodio agridulce, por aquello de que no todo siempre es victoria. Por eso es que es literalmente como haber llegado a una final y perderla. Celebras hasta ese punto sin haber podido dar el último paso. Quizá eso es como tener el souvenir y no haber estado allí. No sé.

Se trataba de un detalle traído desde el país que tiene el fútbol que siempre me ha apasionado, donde precisamente nació el mejor de todos los deportes.

En aquel obsequio empecé a guardar mi pasaporte y documentos necesarios para poder realizar un viaje. Luego llegó mi visa de estudiante, la que me llevó a New York, New Jersey, Filadelfia y Boston. Luego mi visa de turista, con la que conocí una parte de Florida en medio del ruido de motores en las 12 horas de Sebring. Más tarde llegó Lima, mi primer destino en Suramérica, mi territorio.

Ahora, 2014 es el año de conocer un nuevo destino. Esta vez toca ir al país en el que el fútbol es religión. Los ingleses lo crearon pero los brasileños lo sembraron.

Hoy mi bolsa de Wembley guarda mi propio camino a Brasil. No jugué una Eliminatoria, no soy árbitro, no soy brasileño y mi país no está en el Mundial. Sin nada de eso, la ilusión es inmensa. Por eso el fútbol es tan grande, porque logra unir absolutamente todo.

Nunca pensé que ese regalo tendría la importancia que tiene. Solo estaba colgado y yo le iba metiendo cosas. Quizá mientras eso ocurría seguía alimentando, sin querer, algún sueño. Hoy ese es el sueño más grande de todos. Mi bolsa de Wembley guarda algo muy grande, algo realmente Mundial.

lunes, 23 de junio de 2014

Un técnico es la cara del equipo

Hoy en día, los entrenadores tienen una mayor influencia en sus dirigidos. La temporada 13/14 fue el mejor ejemplo

Dueños, directivos, cuerpo técnico, jugadores, utileros y aficionados, todos, con relativo orden de importancia, conforman y le dan vida a un club. Cada grupo se encarga de realizar su trabajo con el mismo fin, hacer que el equipo triunfo y logre los objetivos, sin embargo, si el fútbol fuera tan sencillo, entonces todos serían campeones en cada temporada.

En ese ensamblaje siempre una pieza falla y es complicado que todo sea perfecto pero en medio de eso, muchos factores logran una excelente fusión. Los dueños invierten, los directivos negocian, los técnicos arman el equipo y los jugadores hacen lo suyo, sí, suena fácil, pero ¿Qué tan difícil o fácil es pararse en la raya que delimita el campo de juego? Los DT, aunque a veces parezca que un conjunto juega de memoria y guste, son los artífices de esa forma de juego. Además, entonces ¿Por qué se le suele achacar justa o injustamente a un entrenador los malos momentos de sus dirigidos? Sí, sin duda éste es una pieza vital.

La temporada 2013-2014 mostró mucha de esa importancia que tienen los hombres trajeados que se alteran desde su propio rectángulo. Algunos casos resultaron positivos, otros negativos y otros al menos dejaron buenas sensaciones para lo que viene.

Carlo Ancelotti – Real Madrid

Lo primero que hizo Carlo Ancelotti al llegar al Real Madrid fue tranquilizar el vestuario, tomar la palabra y acoplar nuevamente al equipo.

Después del desbarajuste dejado por Jose Mourinho, el nuevo entrenador blanco tenía la tarea de calmar los ánimos de algunos para así retomar la armonía en el grupo.

Con Ancelotti murió el tema del supuesto ‘topo’ que filtraba las alineaciones de los juegos, el de la mala relación con los portugueses del equipo y los típicos encontronazos con la prensa.

La conciliación reinó en el seno madridista y deportivamente el equipo fue más que un conjunto que solo sabía contragolpear. El Madrid se engranó en diversos aspectos tácticos, la adaptación de Gareth Bale llegó en el momento justo y el DT le encontró lugar a un Di María destinado, en un primer término, a salir del club precisamente por la llegada del galés.

Diego Simeone – Atlético de Madrid

Aunque no se estrenó esta temporada en el banquillo ‘colchonero’, Diego Pablo Simeone consolidó lo que inició hace más de un año. ‘El Cholo’ hizo reflejar la personalidad que tuvo como jugador en una plantilla sin hombres de renombre pero con talento y confianza extraviada.

El Atlético de Madrid empezó la temporada cayendo en la Supercopa española ante el Barcelona pero solo por la ley del gol de visitante. Posteriormente prendió los motores en la Liga y hasta mayo, muchos seguían diciendo “En algún momento el Atleti se cae”. El Atleti nunca se cayó y menos en la Liga de Campeones.

Simeone fortaleció al club sin Radamel Falcao, el mejor delantero del mundo en su momento, y en cambio le tendió la mano a Diego Costa; en él encontró a una máquina de goles y de garra. Sin embargo todo no fue Costa, por detrás de éste se erigió un equipo sólido y compacto, desde Thibaut Courtois hasta el hispano-brasileño, pasando por toda la defensa y el mediocampo. No se puede mencionar solo algunos. ‘El Cholo’ los hizo equipo.

Gerardo Martino – Barcelona

Gerardo Martino puede ser considerado a la ligera como el principal señalado por la irregular campaña del Barcelona, no solo por los resultados obtenidos, sino porque para el seno del club blaugrana él era alguien que no pertenecía a su hábitat natural. Partiendo de ese punto, es muy probable que el argentino tenga todas las de perder, aunque también es cierto que en situaciones de juego, la otrora maquinaria que maravilló con su estilo mostraba algunas falencias propias, probablemente, por fallas en el trabajo del técnico.

El entrenador campeón con Newell’s Old Boys llegó en un momento de contingencia, justo cuando en la institución catalana se vivía un clamoroso final de ciclo que no contó siquiera con algunos fichajes claves para reforzar las líneas del campo. Este argumento es determinante a la hora de evaluar su primer año en el conjunto de Camp Nou.

Tras tanto que se comentó, ‘El Tata’ terminó dando un paso al costado y así, entre sinsabores, culminó su corta estancia en Barcelona.

David Moyes – Manchester United

Con David Moyes se vio la temporada más caótica de los últimos 20 años para el Manchester United. La decisión de su designación estuvo completamente a cargo de Sir Alex Ferguson, su legendario predecesor y también compatriota. Su bajo perfil y aceptable trabajo con el Everton durante 11 años, fue lo que determinó su final elección. Moyes no era alguien rutilante, no tenía pergaminos y ‘Fergie’ creyó que podía labrar un camino propio con los ‘Red Devils’.

Dos similitudes se dieron en las temporadas del Barcelona y del United, ambos ganaron al principio del curso la Supercopa y la Community Shield, respectivamente, y ambos apostaron por técnicos que estaban fuera de la élite. A diferencia del Barça, el United perdió mucho más, pues terminó fuera de la próxima Liga de Campeones tras estar por 19 años consecutivos y su rendimiento en casa acabó con muchas rachas de adversarios que no ganaban allí desde hacía mucho.

El análisis del United se sintetiza así: Su plantilla necesita refuerzos, pero ese mismo equipo que quedó séptimo en la tabla de la Premier, fue el mismo que el año pasado fue campeón. Por ello, y sin pensarlo mucho, a David Moyes le quedó grande el Manchester United.

Brendan Rodgers – Liverpool

El proceso del Liverpool con Brendan Rodgers ha sido de los más interesantes en Europa. Al mismo estilo de Simeone en el Atleti, logró potenciar a jóvenes jugadores y a establecer a otros. También, depositó toda su confianza en los líderes del equipo, Gerrard y Suárez, hecho que le valió pelear la Premier hasta el final.

Con Rodgers se cree en el camino del trabajo sostenido a través de los años a pesar de que le faltó el paso más importante.

Muchas veces en el fútbol hace falta ese “extra” para lograr lo que se quiere, y en este caso pudiéramos hablar de la fortuna o de la aparición de lo infortunado. Liverpool venció a Manchester City en una “final” vibrante y ya nada parecía pararlo camino al título, pero apareció un error y un resbalón del capitán, Gerrard, y todo se vino a pique. Ni hablar de lo que le ocurrió ante Crystal Palace. Esta vez le tocó sufrir la remontada de un 3-0, contrariamente a lo que sucedió en la final de Champions de 2005 ante el Milan.

Para Liverpool, lo más complicado será seguir sin la estrella del campeonato inglés, Luis Suárez, quien con alto grado de probabilidad saldrá del equipo ‘Red’. Si logra traer a un gran delantero, volverá para dar la pelea y mostrarse nuevamente en Europa.

Jose Mourinho – Chelsea

No ganó nada, pero el Chelsea volvió a tener algo que había perdido: la identidad plasmada por Mourinho.

Con un estilo a veces rácano, los ‘Blues’ volvieron a ser estratégicos y resultadistas; todo eso gracias a ‘Mou’. Esa filosofía tan polémica y que poco gusta, fue empleada durante todo el ultimo año por el portugués, quien se desprendió de Juan Mata y mantuvo a piezas jóvenes y de experiencia en su plantel. Lo que no tuvo en una figura de talla mundial, lo complementó en ello, en juventud y veteranía.

Así fue como este nuevo Chelsea coló su nombre en instancias importantes, tanto en Europa, como en las fechas finales de la Liga Inglesa, todo como un libreto hecho ya. El equipo estaba listo para pelear, hasta ahí.

Al menos ya recuperaron lo más importante, a su DT predilecto. El resto será trabajo de Roman Abramovich.

Manuel Pellegrini – Manchester City

Amparado en una gran inversión durante los últimos años, Manchester City nunca bajó la guardia hasta recuperar el sabor que probó recientemente.

Con un corto palmarés pero con mucho arraigo entre la fanaticada de Manchester, el City tiene en el presente su mayor promesa de empezar a forjar la historia que tanto anhela. Para ello, precisamente en el Etihad se instaló un ingeniero que colocó buenas bases en su primera temporada.

Campeón este año de la Premier League y monarca de la Copa de la Liga, Manchester City mandó un mensaje claro, a diferencia de hace dos años, que al menos en Inglaterra, tiene toda la intención de reinar por un buen rato.

Lo que no tuvo Liverpool y Chelsea, lo tuvieron los ‘Citizens’, profundidad en su plantilla. Esa ha sido una virtud dada por la buena inversión. Un equipo con tantas responsabilidades en distintas competiciones, necesita de un gran número de elementos de buena calidad para afrontarlas. Se supone que el City no se bajará del tren en el que está montado.

Josep Guardiola – Bayern Munich

El Bayern y Guardiola, en teoría, apostaron por lo seguro. Primero, un equipo que fue el rey del fútbol en 2013 y segundo, un entrenador que dejó la mejor huella en la historia del Barcelona. La directiva bávara amarró al español mientras éste estaba en New York, pasando su año sabático para descansar y recargar energías, dando una sensación de seguridad y continuidad al gran trabajo realizado por Jupp Heynckes.

La temporada comenzó con derrota en la Supercopa Alemana ante el Borussia Dortmund, pero eso no necesariamente tenía que prender las alarmas. Tampoco fue motivo su sobrada actuación en la Bundesliga, misma que ganó con un nuevo récord de antelación. Lo que desató el sentimiento contrario al último año vivido por al Bayern, fue su estilo de juego. Nada menos que Franz Beckenbauer, gloria del fútbol alemán y presidente honorario del Bayern, criticó duramente la filosofía de ‘Pep’, asegurando siempre que este club no era el Barcelona. Finalmente el toque-toque excesivo que tanto criticó ‘El Kaiser’, terminó por no darle en el campo un plan B al pasado campeón de Europa, y así, el impedimento a la defensa de su título.

Esto puede verse a todas luces como un fracaso tras no llenar las expectativas, especialmente por la estampa de equipo invencible que llegó a poseer, sin embargo, Guardiola tiene suficiente bagaje para contar con la paciencia, más allá de Beckenbauer, de los directivos del club germano. De paso, sumó otro título, el de la Copa Alemana.

Sin discusión, la temporada 2013-2014 estuvo marcada, para bien o para mal, por los técnicos.

¡Qué importantes son!

martes, 27 de mayo de 2014

La fortaleza se construye desde la base

Rio Ferdinand y Nemanja Vidic se convirtieron en nombres propios del Manchester United no solamente cada uno como individuo sino como socios de la zaga del equipo.

Esta dupla fue de las más llamativas, importantes y solventes de toda Europa durante muchos años. Desde Rusia arribó un serbio con el propósito de mantener la misma vida útil que había tenido el United en la defensa, con Ronny Johnsen, Jaap Stam, Laurent Blanc y Wes Brown. Había expectativas con Vidic pero era difícil imaginar quién sería posteriormente dentro del seno de los 'Diablos Rojos'.


Cuando 'Vida' se instaló en Old Trafford, allí ya se encontraba el que sería su mejor aliado, el que por siempre será llamado 'El Rio más caro del mundo' por su traspaso de €45 millones desde Leeds United hasta Manchester United. Ferdinand no solo presume de tener ese apodo, sino que también es el defensor más costoso de toda la historia del fútbol, al menos hasta ahora.

Después de esa unión, el United ganó 14 títulos, incluidos los de la Liga de Campeones de 2008 y el Mundial de Clubes del mismo año. En todo ese lapso muchas figuras copaban las reseñas de los 'Red Devils', y cómo no, gracias a sus tantos y a su olfato goleador letal. Van Nistelrooy, Cristiano, Rooney, aún Giggs, aún Scholes, todos ellos retumbaban en el mundo mientras el equipo más ganador de Inglaterra estaba muy bien sostenido por dos cimientos inquebrantables. No digo que no hayan tenido protagonismo, claro que no, pero las felicitaciones siempre suelen recaer en los que marcan los goles.


Pasó el tiempo y el referente máximo del club decidió dejar la actividad como director técnico. A partir de allí todo ocurriría muy rápido. Los históricos, ellos, Ferdinand y Vidic, siguieron para apoyar el nuevo proyecto, para darle la mano a David Moyes siempre en pro de la institución. Lo intentaron con sus ya mermadas capacidades, uno con 35 y el otro con 32 años, quizás alegando que sus ganas podían suplantar el óptimo estado físico de otra época.

Lamentablemente la realidad le ganó al espíritu y la legendaria pareja optó por decir adiós.Su rendimiento no fue lo único que decantó la decisión, también el desempeño general del equipo y la mala temporada nada conocida por ellos. Así llegó el punto y final de la carrera de estos dos grandes en el Manchester United.

Lo que viene

Partiendo de los principios de la pasión y el talento, quienes lleguen a la defensa central del club de Old Trafford, deberán cumplir con un requisito mínimo, tener condiciones para jugar en esta institución; aunque ya eso es trabajo de la directiva.

Tengan el nombre que tengan, ese par de zagueros no tiene por qué tener la sombra de sus antecesores; eso sería una presión innecesaria, pero eso sí, no deben olvidar que en la cancha, todo se construye desde la defensa, y la defensa no es otra cosa que la base de un equipo. Ese es el legado de Ferdinand y Vidic.

@RamonECastro

sábado, 10 de mayo de 2014

26 de abril de 2014: El día de Ryan Giggs

Por un día y por 90 minutos, todo fue alegría en Old Trafford. Así fue el debut de Ryan Giggs como director técnico del Manchester United. Arropado por su público, el mismo fiel de toda la vida, esta vez el galés fue recibido en un rol diferente y con ropa diferente. Estaba de traje y con la misma serenidad de siempre. Esta vez Giggs era el DT del United.

Dos hechos marcaron notablemente la historia del Man. United esta última semana: la salida de su entrenador y la llegada de otro. En nombres concretos, ambos, tanto Moyes como Giggs, quedarán en los libros y en la memoria de todos como los protagonistas de este cambio en el banquillo. Yo personalmente quedé satisfecho pues mis sensaciones de los días previos tomaron validez, apenas vi a Giggs dirigiendo al equipo. No se borró la mala temporada, eso es imposible, pero al menos los efectos de tantos golpes no se sintieron tanto.

Getty Images

Tampoco decreto que Giggs deba ser el técnico permanente a partir de la próxima campaña. Creo que ni goleando igualmente los tres duelos restantes, eso debería pasar. Eso sería una carga muy prematura para el legendario zurdo que, por cierto, querrá seguir jugando una temporada más. Giggs es pasado, presente y será futuro del United. Esto es una contingencia que afrontó. Él fue la mejor opción para encarrilar los sentimientos, las actitudes y las ganas de toda la plantilla. Eso lo logró el mágico Giggs hoy.

A continuación analicemos el 11 titular del United ante Norwich, así como los tres cambios, desde el punto de vista de Giggs:

1. David De Gea
- Es la constante en el arco del equipo. Un portero para muchos años.

4. Phil Jones
- De los mejores jugadores de la temporada. Cuando juega de lateral derecho, hace olvidar a un desenfocado Rafael.

5. Rio Ferdinand
- Respeto y jerarquía. Si estaba disponible, no iba a dejar de estar.

15. Nemanja Vidic
- El primer capitán de Giggs. Simple.

3. Evra
- Pieza de la vieja guardia. Un referente de mucho tiempo.

25. Valencia
- El monstruo de la banda derecha. Un necesario en el esquema del equipo.

16. Carrick
- El cerebro. Es el héroe silencioso. Es vital.

23. Cleverley
- Lo colocó para tratar de asentar la confianza perdida. Otra vez se desdibujó.

26. Kagawa
- Una joya con pocos minutos en la 'Era Moyes'.

19. Welbeck
- Un obrero del ataque sin reconocimiento pero que aún tiene mucho por aprender.

10. Wayne Rooney
- El hombre del partido.

8. Juan Mata
- Un crack de talla mundial. Parte de la columna vertebral para la próxima temporada. Su no titularidad de hoy no quiere decir nada.

18. Ashley Young
- Muy parecido al caso Cleverley pero con menos tiempo de mejora gracias a su edad.

14. Javier Hernández
- El 'Killer' efectivo que pelea todas e intenta meter las que tiene. En duda su permanencia en el club.

@RamonECastro

Nadie quería que esto fuera así

Para muchos, al principio todo fue alivio y tranquilidad. Incluso para los que no son radicales, esa sensación los invadió, pero todo se trataba, al final, de un sentimiento en común. Eso pasa cuando en el deporte las cosas no funcionan. Eso pasa cuando el ADN de un equipo o institución se diluye después de tanto tiempo de buen funcionamiento.

Una sentencia dirá que David Moyes no era para el Manchester United, yo digo que quizá, no era su momento y quizá más nunca lo volverá a tener. Entre gustos de definiciones y formas de analizar el asunto, lo visto en la cancha cuando el United jugaba estaba realmente fuera de foco.

Lo más sorprendente de todo es que este equipo no mantuvo el nivel nunca cuando lo mostró, y ojo, hablamos de solo dos o tres partidos en los que destiló autoridad, contundencia y buen juego. Solo dos o tres encuentros de 55, sin hacer alarde del triunfo ante Wigan en la Community Shield, nada menos que en agosto del año pasado.

Hablar del Manchester United 2013-2014, será hablar de David Moyes, el hombre que tomó las riendas del gigante inglés tras el glorioso período de Sir Alex Ferguson. Un hombre de bajo perfil recomendado por su antecesor, con el que comparte coincidencias de nacionalidad, su lugar de nacimiento (Glasgow) y que además traía el aval de su aceptable trabajo durante 11 años en Everton, un equipo que con limitaciones financieras siempre dio buenas presentaciones en la Premier.

Hasta ese punto creo que en lo que más confió Ferguson fue en la capacidad que podía desarrollar Moyes en un club grande y con una plantilla evidentemente superior en calidad a la de su anterior equipo. Confió en el bajo perfil antes mencionado de un señor sin arrogancia y con ganas de hacer bien las cosas, pero no sabía que la pasividad y la presión le ganarían a Moyes.

Durante todos estos meses se hizo trillado el leer y escuchar que cuando Sir Alex asumió el cargo se le dio tiempo para que las cosas funcionaran, pero muchos también replicamos al argumentar que esta época sencillamente era distinta a cuando 'Fergie' asumió y que de paso el presente del United en ese entonces era otro. Su prestigio, sus títulos y su importancia global como empresa, no se compara a como es ahora. Por ello es que las cosas que expresaba Moyes con su rostro y no con sus palabras, nos decía que el partido mental lo estaba perdiendo 100-0.

Fue eso lo que liquidó las aspiraciones del ex DT de Everton. Tenía permitido, por qué no, fallar en los primeros meses, pero que en abril aún tuviera decisiones incongruentes y ausencia de actitud y personalidad, era imperdonable en un equipo acostumbrado a jugar, ganando o perdiendo, con garra y corazón.

Estoy seguro que nadie quiso que esto fuera así. Yo, en lo particular, desearé cosas buenas para Moyes y lamentaré que no pudo hacerlo bien en el United, porque quien llegara, tuviera el nombre que tuviera, había que apoyarlo. Lamentablemente en el camino esta relación no funcionó y así como en la vida, todo se termina pero siempre hay oportunidad de volver a empezar. Al United le espera un nuevo rumbo.

@RamonECastro

Al final, el Bayern fue el Bayern

En dos ocasiones y en diferentes juegos, el Manchester United logró lo impensado: colocarse arriba en el marcador sobre el Bayern Munich.

Luego de ver el ahogo constante que aplicó el equipo bávaro en Old Trafford, el United alcanzó la ventaja por intermedio de Nemanja Vidic, dándole así a los alemanes un golpe del que supieron recuperarse pronto. De esta forma, no se cumplieron los pronósticos de goleadas pero el Bayern se llevó su importante tanto de Manchester.

La síntesis de la ida quedó en la presión y en la posesión alemana pero también en pocas ocasiones claras de cara al arco. El United, sin eso, equiparó las llegadas de su contrario.

Llegaba el encuentro en Munich y los ingleses tenían muy claro que utilizarían la misma estrategia. En medio de tantas limitaciones e inferioridad con respecto a su rival, el escudo había estado pesando al menos en esa correcta estrategia basada en el cuidado táctico.

El equipo de Guardiola fue, como debía ser, más incisivo, también con Gotze como titular a falta de Schweinsteiger pero el técnico español igualmente puso su toque al colocar a Lahm en su habitual lateral derecho y dejó solo a Kroos en labores de contención.

El actual campeón de Europa y el hasta ahora monarca inglés hicieron un calco del primer tiempo de la ida, con Ribery casi al mismo nivel de neutralización y Robben significando la mayor amenaza. Esta vez Mandzukic sí estaba desde el arranque para concretar cualquier ocasión que tuviera, gracias a sus características de juego que dejó en evidencia en el gol de Schweinsteiger ocho días antes.

Un gol catalizador

Ante el asombro de los más de 67000 aficionados que plenaron el Allianz Arena, y de los otros tantos que miraban por televisión, el poco favorito Manchester United se volvía a ir arriba, esta vez con un zurdazo endemoniado de Evra que dio en el travesaño del arco de Neuer y la esférica se metió sin que éste la viera. Mérito para Valencia por escaparse y enviar un pase que, aunque no fue tan centro, encontró destinatario.

Fue solo alegría para el United, pues ni tiempo de volver a posicionarse bien en el campo le dio. Cuando terminaban de mostrar la última repetición del golazo del francés, ya el Bayern trepaba por la banda izquierda: Jones no estaba en su lugar y Gotze fue y se desmarcó hasta allí, Ribery le filtró la pelota y Fletcher cubrió a Jones. El inglés cometió el error de llegar a donde estaba el '19' bávaro y ya en ese momento había soltado a Ribery. El galo metió el centro y el desajuste británico era total. Evra nunca le llegó a Mandzukic porque tenía también por detrás a Robben. Probablemente en ese lugar debió haber estado Kagawa o quizás Carrick. Solo un minuto y diez segundos duró la ventaja del equipo de Moyes.

Lo hecho en la ida y parte de la vuelta se cayó tras esa respuesta instantánea de Mandzukic. Tomando en cuenta la actitud de ambos conjuntos, los 'Red Devils' estaban evidentemente sentidos por el empate y los germanos envalentonados en busca del pase definitivo a la siguiente etapa.

Los goles lapidarios del gigante alemán delataron el desvanecimiento sufrido por su rival. Robben, protagonista de toda la eliminatoria así como lo fue en 2010, inició una jugada de fútbol sala en la que filtró la pelota con la pierna que solo usa para caminar, y Muller se adelantó a Vidic para tocar el balón e ingresarlo ante un De Gea que ni pudo lanzarse.

Finalmente el héroe de Wembley en la pasada Champions hizo su muy conocida diagonal y el esfuerzo de Vidic fue cómplice con un roce, para que todo terminara en el tercer gol teutón. Fue el fin de la historia y por primera vez el Bayern tocó la pelota de una manera cómoda.

El Bayern fue el Bayern, así haya estado dos veces abajo en el marcador en ambos juegos.

Al United, en cambio, le faltó asimilar que podía mantener la ventaja pero nunca pasó. Quizá eso falló en la planificación.

@RamonECastro

miércoles, 9 de abril de 2014

EN IMAGEN: Los datos de Bayern Munich y Manchester United

El Manchester United y el Bayern Munich se enfrentan este miércoles en el juego de vuelta por los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa. Tras el empate a un gol que arrojó el duelo en Old Trafford, alemanes e ingleses buscarán su boleto a las semifinales en el Allianz Arena de Munich con mentalidades diferentes.

Los bávaros aplicarán la misma técnica de la ida y querrán ahogar a su rival desde el primer minuto, mientras que el conjunto de David Moyes tratará de aguantar las embestidas germanas para buscar hacer daño con contraataques veloces.

Es la tercera vez que estos dos equipos se encuentran en cuartos de final y en ambos precedentes fue también en cuartos de final. En los años 2001 y 2010 el Bayern trascendió hasta la final, se tituló en la primera de ellas pero sucumbió en la segunda.

Repasa aquí las estadísticas y datos más importantes previo a este especial encuentro.



El manual táctico-histórico funcionó (02-04-14)

Si entre los propios seguidores del Manchester United había poca fe, los conocedores y no tan conocedores del fútbol presumieron de tener toda la libertad para masacrarlo previo al juego de ida ante Bayern Múnich por los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Y sí, la palabra masacre con varios sinónimos fue utilizada desde el viernes 21 de marzo cuando su nombre apareció emparejado con el del equipo alemán. La simple lógica sin freno los llevó a catalogarlo así.

Estas líneas no pretenden ensalzar al United y mucho menos el resultado, que por cierto, a simple vista tiene tintes a favor de los bávaros por su gol de visitante. Este juego dejó varias sensaciones en forma de interrogante como si el Bayern es tan poderoso y temible o qué pasó con el campeón del año pasado que iba siempre hacia adelante con absoluta contundencia.

El que no conoce la materia, el que solo ve reseñas o marcadores digitales o simplemente repite lo que escucha, va a sostener su teoría de la masacre para el encuentro de vuelta, desestimando así al rival que ayer se le paró con inteligencia al que todos querían evitar.

Manchester United sigue siendo el débil de la serie. Nunca en los últimos años contó con tan poco favoritismo, por no decir nulo favoritismo. Pero si algo tiene este viejo, desgastado y gris United es que es como un señor de 70 años en cuanto a su sabiduría. Ante el tenebroso panorama, pues hay que echar mano de tus mañas y herramientas que son tan válidas como el toque-toque aburrido y poco efectivo. Esto se le puede preguntar a Beckenbauer.

Sabemos bien que el Bayern es un equipo duro con una plantilla rica en profundidad. Este conjunto fue campeón en tiempo récord esta temporada, dirigido por un gran técnico. Un DT trabajador y muy estudioso que recibió un manjar en sus manos luego de pasar un año sabático en New York. Convenció a Lahm de dejar el lateral derecho para unirse a sus orquestistas del mediocampo. Claro, esa es su especialidad, lo que le encanta; aunque la verdad les digo, si no era por Robben, que lo conocemos bien como verdugo, las amenazas hubieran disminuido en los últimos 25 metros de la cancha.

Quizá los germanos salgan con otra mentalidad en su casa. Deberían ser más punzantes y verticales y allí veremos cómo responde la dupla central inglesa que, hay que decirlo, debería repetir. No habíamos imaginado a Ferdinand y Vidic reunidos nuevamente trabajando en una noche de alto calibre, una noche que pudo ser la última de este par, al menos en Old Trafford. Son las estampas que nos dejó el empate entre dos grandes de Europa en presentes diferentes. Uno es un Ferrari último modelo y el otro un Volkswagen Escarabajo, antiguo pero rendidor.

Y como todo carro nuevo, que en algún momento empezará a tener fallas, el Bayern tiene las suyas, especialmente en su defensa. Todo indica que Boateng se ve más imponente por la estructura que tiene por delante de sí y ante la ausencia de Dante, Javi Martínez ocupó un lugar en el que ya ha estado pero no es una garantía principal.

Lo peor para Guardiola es que precisamente el español no estará en la vuelta, tampoco Thiago Alcántara, ni el expulsado, suspendido y anotador del tanto importante en Old Trafford, Bastian Schweinsteiger. Es probable que Pep coloque a Götze obligatoriamente y ya eso de manera inevitable lo haga ser más ofensivo.

Lo que se rescata

El Manchester United puede quedar eliminado la semana que viene pero lo que no podemos olvidar es que ayer cada jugador, menos Fellaini, dio el extra que antes era normal para este equipo. Ese extra es la entrega, la garra y la pasión que se ha olvidado toda la temporada.

Seamos sensatos y no radicales, no queremos extremismos en las opiniones. Sea como sea, fue un duelo entre el catalogado mejor equipo del mundo contra el peor Manchester United de los últimos 24 años. El United sacó la libreta y aplicó un buen manual táctico-histórico, concentrado en cada momento aunque quebrantado ante el ingreso de Mandzukic que fue clave en el tanto teutón.

Cuenten los remates y las jugadas más claras, piensen en el gol al minuto 3 de Welbeck, su mano a mano, la volada de De Gea ante Robben y el tiro de derecha del propio holandés. ¿Vieron que Robben fue la única amenaza?

Yo le agradezco al United por mostrar la cara que mostró ayer. Le agradezco a De Gea por su sobriedad de siempre, a Jones por su garra y versatilidad para luego cubrir el lateral izquierdo, a Ferdinand por bloquear cada balón y organizar la defensa, a Vidic por regalarnos un gol más en su temporada de despedida, a Büttner por cada balón peleado, a Valencia por su intención de siempre ir al ataque, a Carrick por ser el cerebro incomparable, a Giggs por su presencia y liderazgo, a Welbeck por su desparpajo más allá del fallo, a Rooney simplemente por ser Rooney, a Kagawa por su clase, a 'Chicharito' por su chispa y bueno, a Fellaini y a Young por intentarlo.

No se trata del resultado, se trata de que aunque haya sido a su manera, de esta manera diferente, con sus limitaciones, con su caótico presente y su falta de muchas cosas, el United fue otra vez el United.

@RamonECastro

El manual ideal para evitar pesadillas (29-03-14)

El Manchester United logró ante Aston Villa un resultado que poco nos ha tenido acostumbrados a vivir esta temporada. A pesar del inicio negativo producto del gol de tiro libre de Westwood, el United posteriormente mostró varias facetas importantes que suele tener cualquier equipo de pegada contundente.


Se trataba de un encuentro más en el que los 'Red Devils' pudieron haber tropezado otra vez en su debilitado estadio. Precisamente Old Trafford mostró muchos contrastes, por un lado los fanáticos ubicados en Stretford End con su pancarta de "The Chosen One" y una avioneta que sobrevoló la casa del United con una frase explícita: "Wrong one-Moyes out", algo que en la semana se había anunciado.

Previo al comienzo del juego, el escocés fue aplaudido al salir del túnel y en su camino hacia la raya que lo separa del campo. Los que aún confían en él estaban dentro, no fuera entre los que pagaron más de 1000 euros por enviarle un mensaje a su DT.

Fue el mismo equipo de toda la campaña cuando se vio por detrás en el marcador. Pase errado de Young, falta de Rafael, quien fue amonestado, y el 0-1 que no sorprendía.

Aston Villa presionaba en demasía y el local no hallaba espacios hasta que Kagawa prefirió seguir trasladando la pelota y no dar el pase a Rafael, para ubicar a un solitario Rooney. Fue una jugada sencilla pero perfectamente ejecutada: Centro y cabezazo ajustado a la base del poste.

Con su inteligencia en terreno de confianza, Kagawa volvió a encontrar un espacio y Mata fue derribado en el área. Al cobro vino Rooney y embocó su tanto 171 que lo colocó como el cuarto mejor goleador en la historia de la Premier. Fue una remontada al filo del descanso que hizo olvidar las sensaciones del minuto 13.

Si hasta este tramo hay que concluir algo, es que Kagawa no puede dejar de estar entre los 11 titulares. Es más, quedó demostrado en el triunfo ante West Ham, que el tridente Kagawa-Mata-Rooney genera mucho juego, ocasiones de gol y da respiro y fluidez al juego del equipo.


Con el 2-1 a favor, el United volvió a sentir los acostumbrados temores con las llegadas y ataques de Benteke. Al menos hoy, todo quedó en desaciertos.


El momento de Mata

Muchos comentarios generó la contratación de Juan Mata pero faltaba algo, su gol. Ese tanto llegó en la fracción 57 en una jugada desordenada pero que cristalizó la presión y la intención del equipo de Moyes de ampliar el marcador. Paradójicamente la definición del zurdo fue de pierna derecha.

Moyes aprendió a dosificar a Januzaj y lo hizo ingresar cuando el juego estaba definido. El joven parece sentirse mejor sin tanta carga de responsabilidad y se vio muy suelto, especialmente con Fellaini. Justamente en una asociación con su compatriota llegó el último apartado del manual exhibido por el United este sábado. El zurdo se desprendió por su hábitat izquierdo y tiró un centro que fue conectado acrobáticamente por Javier 'Chicharito' Hernández. Le hacía mucha falta un gol al mexicano quien no marcaba desde el cinco de enero cuando lo hizo ante el Swansea.

El Manchester United venció al Bayer Leverkusen por 5-0 el 27 de noviembre de 2013 y desde ese día no anotaba más de tres goles.

Fue un juego redondo que no permitió más golpes. Que ciertamente sigue sin mostar al mejor United pero sabemos que esta temporada es muy difícil que lo veamos.

Tampoco esta victoria iba a valer 20 puntos; solo fueron tres, pero lo importante es que no creció el caos y en cambio hubo aplausos. Llegaron los goles, llegó la confianza y se escribió un manual de emergencia para enfrentar al Bayern y así evitar una pesadilla el martes.