Cuando se reinicie la Eliminatoria, Venezuela pisará el escenario donde profanó al bicampeón del mundo, Uruguay
Pasará un tiempo ajeno al fervor del momento para que Venezuela continúe el recorrido premundialista. El parón más largo en toda la Eliminatoria de Brasil 2014 ya está en pleno, y de hecho, empezó a partir del pitazo final del peruano Georges Buckley en San Cristóbal, el pasado 15 de noviembre.
Los meses serán idóneos para el análisis y el estudio, también para la preparación y para seguir la mentalización positiva; pero también existe la no deseada posibilidad de que aparezcan las lesiones, aunque eso nunca entra en los planes de ningún técnico, más allá de su afirmación de "todos están en capacidad de ser titulares y ser protagonistas".
El grupo de Venezuela está muy claro y sí, afortunadamente la mayor riqueza fubolística tiene el honor de existir actualmente en el país. Son once piezas prácticamente fijas y un buen grupo que detrás de estos, conforman cada uno un suplente con condiciones claras de asumir su rol.
El mejor año no puede quedar allí
Es necesario, más bien una obligación sensata, que la selección supere en 2012 lo hecho en 2011; suena lógico. Los próximos cuatro encuentros representan el tramo más hostil del premundial, con tres visitas y un solo juego en casa.
La primera escala: La recordada Montevideo, allí la Venezuela de Richard Páez enmudeció a la nación del primer campeón mundial, a su prensa y a su hablador DT, Juan Ramón Carrasco; todo esto en su propio terreno histórico, el Centenario.
El siguiente round será diferente porque aun cuando los Venezuela-Uruguay se han convertido en una especie de "clásico", la "Celeste" trae en sus hombros el cuarto lugar del último Mundial y el reinado de la Copa América de Argentina.
Sin miedo y sin memoria (al menos de Eliminatoria), los criollos recibirán a Chile en el calor de Puerto... sabiendo que no se puede volver a resbalar, ni dejarse cortar la inspiración así como lo hicieran Pinilla y Suazo anteriormente; esas pifias en los minutos finales no deben volver a ocurrir y menos con las excelentes condiciones físicas que presenta el combinado patrio en estos tiempos.
Chile ha truncado en momentos claves el transitar venezolano; las derrotas para los mundiales 2002, 2006 y 2010 los hacen ver con más ventaja aun siendo visitantes, pero independientemente de lo que pase días antes en Uruguay, la Vinotinto debe defender la casa como lo viene haciendo, porque hablando de puntos clave, ese factor es primordial.
Lima-Asunción, son las paradas en las que apenas se rescató un punto de 18 disputados en las últimas tres eliminatorias. Ocurrió en la capital peruana en junio de 2004, con oficio y asumiendo la importancia de sumar en la lejanía venezolana.
Esta vez no puede variar la tónica; la selección tiene que hacerle frente a la cordura de Markarián y a las locuras de Vargas y Guerrero. Ante Paraguay, los más inmediatos precedentes indican un alto grado de rivalidad pero sólo en la cancha es que Venezuela tiene que demostrar su superioridad, aunque pensándolo bien, mejor es demostrarla en el marcador; porque si hablamos de recuerdos, los guaraníes tienen que tener presente que esta vez tienen que ganar en 90 minutos y no esperar los penales.
Llegará junio y veremos.