lunes, 29 de junio de 2015

Del fútbol a la pudrición

La televisión, el deporte, los medios y el fútbol, entre muchos otros mecanismos de comunicación y globalización, son herramientas de contacto directo con la gente que desde su invención no han cesado en el poder de su influencia.

Foto: AP

Una cosa ha llevado a la otra y viceversa; entre ellas se complementan. Sin televisión hoy no organizarían la Copa América, porque, ¿para qué van a jugar los mejores del mundo si solo los van a ver 25 mil o 40 mil personas? Es parte de este cuento ya conocido.

Ahora bien, los instrumentos que manejan los camarógrafos nunca están preparados para captar imágenes fuera de lo común. Al margen de las patadas que están de más o de un codazo que mancha el juego, lo de Gonzalo Jara el otro día en contra de Edinson Cavani es una de las mayores bajezas jamás vista en algún espectáculo público; sí, no solo tiene que ver con el deporte. Sin embargo no voy a hablar del chileno, un enfermo que se le olvidó que todo tiene un límite.

La enfermedad que padece Jara tuvo efecto inmediato en la gente, mucho más allá del sentido del humor. A mí me encanta reír y bromear pero la vida me ha enseñado muy bien a hacerlo de la mejor forma.

Si ni el Papa va a cambiar al mundo, aun con su irreverencia, transparencia y poder de comunicación, mucho menos lo voy a hacer yo, pero quedé realmente anonadado y desconcertado con las reacciones en Twitter en modo de burla hacia Cavani.

Las personas se burlaban de la víctima, no condenaban al agresor.

Se olvidaron que el padre de Cavani había cometido una imprudencia y que estaba detenido. Que por una irresponsabilidad murió un joven de 19 años. Pero para algunas personas el héroe, literalmente, era Jara.

Por si no bastara trascendió una frase aportada por un miembro del cuerpo técnico uruguayo: "Tu padre se comerá 20 años de cárcel", le habría dicho el chileno al delantero.

Qué vivan los memes y también la globalización; mucho, pero mucho atrás, quedó el sentido común.

jueves, 11 de junio de 2015

El sabor único de la Copa América


Fui a mi primera y única Copa América hace ocho años, cuando se hizo en mi país. Venezuela también era primeriza como organizadora en 2007.

Fue mi estreno en un evento grande del fútbol y lo hice en compañía de la mejor pareja del mundo, y de un amigo de mil batallas.

En muchos sentidos fue una travesía: desde la obtención de las entradas hasta el traslado interminable en autobús. De que llegábamos, llegábamos, pero con tanto desorden con el proceso de venta de los boletos, tenerlos en nuestras manos no iba a ser una garantía.

Una vez cumplido ese milagro nos dispusimos a irnos inmediatamente al estadio donde ya jugaban Uruguay y Bolivia, y hallé una huella que siempre busco: la de ver a un jugador que haya pertenecido aUnited; allí estaba Diego Forlán.

Terminado ese encuentro llegó la hora de la cita real, por la que fuimos a San Cristóbal. "El Templo" aguardaba por Venezuela.

Cada 30 de junio lo recordaré y hasta que muera seguirá siendo así. Esa tarde-noche lluviosa se convirtió en una de las siete maravillas de mi vida. No hay momento sin persona ni emoción sin amor.

Asistir a un torneo grande te deja muchas sensaciones. Ser parte de una reunión organizada en tu región es algo especial. La Copa América deja ver lo más bonito que el latinoamericano tiene: hermandad, alegría y buen humor.

Si a esos ingredientes le agregamos que desde Suramérica se erigen los más grandes futbolistas del mundo, que el planeta fútbol se alimenta de nuestra zona constantemente y que en la actualidad el nivel de la mayoría de las selecciones es muy alto, quiere decir que Chile 2015 será una gran Copa.

Al margen de lo opaco que se ve el fútbol desde la FIFA, este es un deporte noble que todo lo puede lograr. El fútbol alcanza metas más allá de un campo de juego.

Esta vez toca ser espectador de la Copa desde el norte, pero solo separado por una distancia, la geográfica.