Foto: Cortesía El Pitazo |
Ramón Eduardo Castro.- En una odisea presupuestaria se convirtió ir a un estadio de beisbol en Venezuela, especialmente en Caracas, durante esta temporada 2015-2016. Los fanáticos empezaron a sufrir los elevados precios en todo lo concerniente a un plan para ir a ver pelota, al igual que las calamidades diarias a las que se someten por conseguir comida u otros servicios o productos que ya no gozan de un costo racional.
Existen dos tipos de fanáticos: el abonado y el que va a un
juego ocasionalmente. El primero de estos invierte en una silla que le será
garantizada por toda la temporada, pero ya en ese gasto tuvo que pagar una suma
radicalmente elevada con respecto al año pasado. Esa persona ya se olvida tanto
de tener un presupuesto para las entradas como para no pasar por la a veces
misión imposible que significa encontrar un boleto.
Por otra parte está quien planifica una ida al estadio
conforme transcurre la temporada. Eso depende de cómo va su equipo en la tabla
y qué tanta fiebre pueda tener en ese entonces. Aquí entra en acción la calculadora:
¿Cuánto tengo? ¿Cuánto necesito?;
las primeras preguntas del plan que te hacen maquinar.
Diferentes
situaciones familiares
Los grupos que asisten al estadio siempre son diferentes.
Existen las parejas, los amigos o el padre que va con toda su familia; el gasto
puede corresponder a cada quien individualmente, compartido o a una sola
persona.
Empieza el dilema y las cuentas no dan; o quizás sí dan pero
el sacrificio es grande y esa visita a la instalación deportiva solo quedará en
una por el resto de la temporada.
“Evidentemente vas a conseguir ajustes de
precios por la situación del país”, afirma José Grasso Vecchio, economista y expresidente de la
Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), en entrevista exclusiva para
Playboy Venezuela.
Él no tiene
dudas de que una situación llevó a la otra. Se trata de una cuestión lógica,
más allá del malestar o imposibilidad que pueda causar en algunos casos. “El
beisbol no escapa a eso. Todo sube, sueldo, los costos, el transporte. Eso se
refleja en esos ajustes de un año para otro", comenta.
“El deporte, como ninguna otra
actividad, genera un gran gasto. Ese gasto no es solo de las entradas, uno
consume en el estadio. También influye que se juega en serie de varios días en
la misma ciudad y los fanáticos asiduos tienen que planificarse”, opina Grasso Vecchio.
Una arepa cuesta Bs 500, un perro
caliente Bs 300 y otro tipo de alimento puede llegar a estar en Bs700 o Bs 1200. A eso se le suma la bebida; la cerveza
en la barra exterior está en Bs 100
pero el vendedor dentro del estadio te la vende en Bs 120. El consumo por persona se redondea en Bs 2 mil; eso sin
contar la entrada.
“Si te vas en
metro, eso no tiene incremento, pero si te vas en taxi, aunque no están
regulados, ahí sí sientes un impacto importante. La tarifa mínima ya no baja de
Bs 300. Si te vas en mototaxi incluso no baja de Bs 400”, analiza el
expresidente de la LVBP durante los años 2007 y 2013.
Beisbol vs cine
José Grasso
Vecchio invita a una reflexión sencilla con un ejemplo cotidiano: el gasto que
produce ir al cine en cualquier momento del año y el que produce ver un juego
de pelota entre octubre y enero.
“Comparado con
el cine, la película dura dos horas sin ser un espectáculo en vivo e igual vas
a tener un gasto muy importante también”, expresa.
La televisión con presencia importante
Otro motivo que
puede hacer deliberar al fanático es el hecho de que la mayoría de los juegos
están siendo televisados y por ello tranquilamente resuelve con quedarse
tranquilo en su casa e igual ve a su equipo.
“Es un sabor particular estar en el
estadio pero también casi todos los juegos los puedes ver por la televisión.
Eso hace pensar al fanático”, comenta Grasso Vecchio.
“Siempre hay
entradas más económicas como en gradas en Bs 500. Un Caracas-Magallanes siempre
será más costoso, claro”, complementa.
Sobre el aumento salarial
Grasso Vecchio,
antes de opinar sobre el nuevo aumento decretado por el presidente de la
República, Nicolás Maduro, dejó claro que “primero hay que esperar que salga en
Gaceta Oficial”.
“Es un pañito
caliente pero el ajuste jamás compensa el impacto de la inflación. También hay
otro agravante adicional, que es que con cada ajuste, los precios siguen en
aumento. Es un espiral perverso, todo
sube. Muchos puestos de comida operan con personas que ganan sueldo mínimo
y obviamente van a tener un ajuste. Todo se traslada a los precios, sea pequeño,
mediano o gran comerciante. Nadie va a querer ver mermada su operación. Esos
ajustes se evaporan inmediatamente”, detalla el analista financiero.
En el nuevo formato también influye la
economía
La LVBP sufrió
una importante modificación en esta temporada 2015-2016 con el cambio de
formato, tanto en la ronda regular como en la postemporada.
A juicio de
Grasso Vecchio esto “es un riesgo” pues
“una regla de vida en la gerencia es no cambiar las cosas que están funcionando
bien”.
“No me gusta, en
primera instancia no se ve nada porque ese tipo de formato en situaciones
extremas puede llegar al punto que un equipo pueda quedar fuera aun teniendo un
mejor desempeño que otro. La Serie del Caribe con ese formato es un gran error.
Ganamos (Venezuela) muchos más juegos que Cuba y fue campeón. Se le reconoce,
pero desde el punto de vista de la competencia me hace mucho ruido que alguien
que gane menos juegos pueda ser campeón”, sentencia.
La actual
campaña se dividirá en dos partes, en cada una de ellas las posiciones arrojarán puntos que al final de la zafra se
sumarán para determinar los lugares de clasificación finales. Luego en la
postemporada ya no se hará el round robin (formato todos contra todos); y en
vez de clasificar cinco conjuntos serán seis. Posteriormente se realizarán tres
series, avanzarán los ganadores y el último clasificado para las semifinales
saldrá de un juego extra entre los perdedores con mejor puntuación en la ronda
regular. Cada serie hasta la final será de siete encuentros.
“Cuando empiece la segunda ronda de
clasificación se va a ver todo. Yo soy una persona del beisbol y apuesto por el
beisbol, y a pesar de que no me gusta el formato apuesto a que funcione”, expresa.
“Beneficia en
temas de costos porque los equipos hacen menos traslados a varias ciudades,
pero no en competitividad ni vistosidad por el fanático. El que hace todo
posible es el fanático, y si al final no es del agrado de la fanaticada, seguro
los directivos de los equipos usarán su sentido común y lo podrían cambiar. Los
periodistas deportivos y los fanáticos estaban en total desacuerdo con el
formato”, concluye.
Artículo para Playboy Venezuela / Noviembre-2015