Para muchos, al principio todo fue alivio y tranquilidad. Incluso para los que no son radicales, esa sensación los invadió, pero todo se trataba, al final, de un sentimiento en común. Eso pasa cuando en el deporte las cosas no funcionan. Eso pasa cuando el ADN de un equipo o institución se diluye después de tanto tiempo de buen funcionamiento.
Una sentencia dirá que David Moyes no era para el Manchester United, yo digo que quizá, no era su momento y quizá más nunca lo volverá a tener. Entre gustos de definiciones y formas de analizar el asunto, lo visto en la cancha cuando el United jugaba estaba realmente fuera de foco.
Lo más sorprendente de todo es que este equipo no mantuvo el nivel nunca cuando lo mostró, y ojo, hablamos de solo dos o tres partidos en los que destiló autoridad, contundencia y buen juego. Solo dos o tres encuentros de 55, sin hacer alarde del triunfo ante Wigan en la Community Shield, nada menos que en agosto del año pasado.
Hablar del Manchester United 2013-2014, será hablar de David Moyes, el hombre que tomó las riendas del gigante inglés tras el glorioso período de Sir Alex Ferguson. Un hombre de bajo perfil recomendado por su antecesor, con el que comparte coincidencias de nacionalidad, su lugar de nacimiento (Glasgow) y que además traía el aval de su aceptable trabajo durante 11 años en Everton, un equipo que con limitaciones financieras siempre dio buenas presentaciones en la Premier.
Hasta ese punto creo que en lo que más confió Ferguson fue en la capacidad que podía desarrollar Moyes en un club grande y con una plantilla evidentemente superior en calidad a la de su anterior equipo. Confió en el bajo perfil antes mencionado de un señor sin arrogancia y con ganas de hacer bien las cosas, pero no sabía que la pasividad y la presión le ganarían a Moyes.
Durante todos estos meses se hizo trillado el leer y escuchar que cuando Sir Alex asumió el cargo se le dio tiempo para que las cosas funcionaran, pero muchos también replicamos al argumentar que esta época sencillamente era distinta a cuando 'Fergie' asumió y que de paso el presente del United en ese entonces era otro. Su prestigio, sus títulos y su importancia global como empresa, no se compara a como es ahora. Por ello es que las cosas que expresaba Moyes con su rostro y no con sus palabras, nos decía que el partido mental lo estaba perdiendo 100-0.
Fue eso lo que liquidó las aspiraciones del ex DT de Everton. Tenía permitido, por qué no, fallar en los primeros meses, pero que en abril aún tuviera decisiones incongruentes y ausencia de actitud y personalidad, era imperdonable en un equipo acostumbrado a jugar, ganando o perdiendo, con garra y corazón.
Estoy seguro que nadie quiso que esto fuera así. Yo, en lo particular, desearé cosas buenas para Moyes y lamentaré que no pudo hacerlo bien en el United, porque quien llegara, tuviera el nombre que tuviera, había que apoyarlo. Lamentablemente en el camino esta relación no funcionó y así como en la vida, todo se termina pero siempre hay oportunidad de volver a empezar. Al United le espera un nuevo rumbo.
@RamonECastro
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