Si entre los propios seguidores del Manchester United había poca fe, los conocedores y no tan conocedores del fútbol presumieron de tener toda la libertad para masacrarlo previo al juego de ida ante Bayern Múnich por los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Y sí, la palabra masacre con varios sinónimos fue utilizada desde el viernes 21 de marzo cuando su nombre apareció emparejado con el del equipo alemán. La simple lógica sin freno los llevó a catalogarlo así.
Estas líneas no pretenden ensalzar al United y mucho menos el resultado, que por cierto, a simple vista tiene tintes a favor de los bávaros por su gol de visitante. Este juego dejó varias sensaciones en forma de interrogante como si el Bayern es tan poderoso y temible o qué pasó con el campeón del año pasado que iba siempre hacia adelante con absoluta contundencia.
El que no conoce la materia, el que solo ve reseñas o marcadores digitales o simplemente repite lo que escucha, va a sostener su teoría de la masacre para el encuentro de vuelta, desestimando así al rival que ayer se le paró con inteligencia al que todos querían evitar.
Manchester United sigue siendo el débil de la serie. Nunca en los últimos años contó con tan poco favoritismo, por no decir nulo favoritismo. Pero si algo tiene este viejo, desgastado y gris United es que es como un señor de 70 años en cuanto a su sabiduría. Ante el tenebroso panorama, pues hay que echar mano de tus mañas y herramientas que son tan válidas como el toque-toque aburrido y poco efectivo. Esto se le puede preguntar a Beckenbauer.
Sabemos bien que el Bayern es un equipo duro con una plantilla rica en profundidad. Este conjunto fue campeón en tiempo récord esta temporada, dirigido por un gran técnico. Un DT trabajador y muy estudioso que recibió un manjar en sus manos luego de pasar un año sabático en New York. Convenció a Lahm de dejar el lateral derecho para unirse a sus orquestistas del mediocampo. Claro, esa es su especialidad, lo que le encanta; aunque la verdad les digo, si no era por Robben, que lo conocemos bien como verdugo, las amenazas hubieran disminuido en los últimos 25 metros de la cancha.
Quizá los germanos salgan con otra mentalidad en su casa. Deberían ser más punzantes y verticales y allí veremos cómo responde la dupla central inglesa que, hay que decirlo, debería repetir. No habíamos imaginado a Ferdinand y Vidic reunidos nuevamente trabajando en una noche de alto calibre, una noche que pudo ser la última de este par, al menos en Old Trafford. Son las estampas que nos dejó el empate entre dos grandes de Europa en presentes diferentes. Uno es un Ferrari último modelo y el otro un Volkswagen Escarabajo, antiguo pero rendidor.
Y como todo carro nuevo, que en algún momento empezará a tener fallas, el Bayern tiene las suyas, especialmente en su defensa. Todo indica que Boateng se ve más imponente por la estructura que tiene por delante de sí y ante la ausencia de Dante, Javi Martínez ocupó un lugar en el que ya ha estado pero no es una garantía principal.
Lo peor para Guardiola es que precisamente el español no estará en la vuelta, tampoco Thiago Alcántara, ni el expulsado, suspendido y anotador del tanto importante en Old Trafford, Bastian Schweinsteiger. Es probable que Pep coloque a Götze obligatoriamente y ya eso de manera inevitable lo haga ser más ofensivo.
Lo que se rescata
El Manchester United puede quedar eliminado la semana que viene pero lo que no podemos olvidar es que ayer cada jugador, menos Fellaini, dio el extra que antes era normal para este equipo. Ese extra es la entrega, la garra y la pasión que se ha olvidado toda la temporada.
Seamos sensatos y no radicales, no queremos extremismos en las opiniones. Sea como sea, fue un duelo entre el catalogado mejor equipo del mundo contra el peor Manchester United de los últimos 24 años. El United sacó la libreta y aplicó un buen manual táctico-histórico, concentrado en cada momento aunque quebrantado ante el ingreso de Mandzukic que fue clave en el tanto teutón.
Cuenten los remates y las jugadas más claras, piensen en el gol al minuto 3 de Welbeck, su mano a mano, la volada de De Gea ante Robben y el tiro de derecha del propio holandés. ¿Vieron que Robben fue la única amenaza?
Yo le agradezco al United por mostrar la cara que mostró ayer. Le agradezco a De Gea por su sobriedad de siempre, a Jones por su garra y versatilidad para luego cubrir el lateral izquierdo, a Ferdinand por bloquear cada balón y organizar la defensa, a Vidic por regalarnos un gol más en su temporada de despedida, a Büttner por cada balón peleado, a Valencia por su intención de siempre ir al ataque, a Carrick por ser el cerebro incomparable, a Giggs por su presencia y liderazgo, a Welbeck por su desparpajo más allá del fallo, a Rooney simplemente por ser Rooney, a Kagawa por su clase, a 'Chicharito' por su chispa y bueno, a Fellaini y a Young por intentarlo.
No se trata del resultado, se trata de que aunque haya sido a su manera, de esta manera diferente, con sus limitaciones, con su caótico presente y su falta de muchas cosas, el United fue otra vez el United.
@RamonECastro
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