Hoy en día, los entrenadores tienen una mayor influencia en sus dirigidos. La temporada 13/14 fue el mejor ejemplo
Dueños, directivos, cuerpo técnico, jugadores, utileros y aficionados, todos, con relativo orden de importancia, conforman y le dan vida a un club. Cada grupo se encarga de realizar su trabajo con el mismo fin, hacer que el equipo triunfo y logre los objetivos, sin embargo, si el fútbol fuera tan sencillo, entonces todos serían campeones en cada temporada.
En ese ensamblaje siempre una pieza falla y es complicado que todo sea perfecto pero en medio de eso, muchos factores logran una excelente fusión. Los dueños invierten, los directivos negocian, los técnicos arman el equipo y los jugadores hacen lo suyo, sí, suena fácil, pero ¿Qué tan difícil o fácil es pararse en la raya que delimita el campo de juego? Los DT, aunque a veces parezca que un conjunto juega de memoria y guste, son los artífices de esa forma de juego. Además, entonces ¿Por qué se le suele achacar justa o injustamente a un entrenador los malos momentos de sus dirigidos? Sí, sin duda éste es una pieza vital.
La temporada 2013-2014 mostró mucha de esa importancia que tienen los hombres trajeados que se alteran desde su propio rectángulo. Algunos casos resultaron positivos, otros negativos y otros al menos dejaron buenas sensaciones para lo que viene.
Carlo Ancelotti – Real Madrid
Lo primero que hizo Carlo Ancelotti al llegar al Real Madrid fue tranquilizar el vestuario, tomar la palabra y acoplar nuevamente al equipo.
Después del desbarajuste dejado por Jose Mourinho, el nuevo entrenador blanco tenía la tarea de calmar los ánimos de algunos para así retomar la armonía en el grupo.
Con Ancelotti murió el tema del supuesto ‘topo’ que filtraba las alineaciones de los juegos, el de la mala relación con los portugueses del equipo y los típicos encontronazos con la prensa.
La conciliación reinó en el seno madridista y deportivamente el equipo fue más que un conjunto que solo sabía contragolpear. El Madrid se engranó en diversos aspectos tácticos, la adaptación de Gareth Bale llegó en el momento justo y el DT le encontró lugar a un Di María destinado, en un primer término, a salir del club precisamente por la llegada del galés.
Diego Simeone – Atlético de Madrid
Aunque no se estrenó esta temporada en el banquillo ‘colchonero’, Diego Pablo Simeone consolidó lo que inició hace más de un año. ‘El Cholo’ hizo reflejar la personalidad que tuvo como jugador en una plantilla sin hombres de renombre pero con talento y confianza extraviada.
El Atlético de Madrid empezó la temporada cayendo en la Supercopa española ante el Barcelona pero solo por la ley del gol de visitante. Posteriormente prendió los motores en la Liga y hasta mayo, muchos seguían diciendo “En algún momento el Atleti se cae”. El Atleti nunca se cayó y menos en la Liga de Campeones.
Simeone fortaleció al club sin Radamel Falcao, el mejor delantero del mundo en su momento, y en cambio le tendió la mano a Diego Costa; en él encontró a una máquina de goles y de garra. Sin embargo todo no fue Costa, por detrás de éste se erigió un equipo sólido y compacto, desde Thibaut Courtois hasta el hispano-brasileño, pasando por toda la defensa y el mediocampo. No se puede mencionar solo algunos. ‘El Cholo’ los hizo equipo.
Gerardo Martino – Barcelona
Gerardo Martino puede ser considerado a la ligera como el principal señalado por la irregular campaña del Barcelona, no solo por los resultados obtenidos, sino porque para el seno del club blaugrana él era alguien que no pertenecía a su hábitat natural. Partiendo de ese punto, es muy probable que el argentino tenga todas las de perder, aunque también es cierto que en situaciones de juego, la otrora maquinaria que maravilló con su estilo mostraba algunas falencias propias, probablemente, por fallas en el trabajo del técnico.
El entrenador campeón con Newell’s Old Boys llegó en un momento de contingencia, justo cuando en la institución catalana se vivía un clamoroso final de ciclo que no contó siquiera con algunos fichajes claves para reforzar las líneas del campo. Este argumento es determinante a la hora de evaluar su primer año en el conjunto de Camp Nou.
Tras tanto que se comentó, ‘El Tata’ terminó dando un paso al costado y así, entre sinsabores, culminó su corta estancia en Barcelona.
David Moyes – Manchester United
Con David Moyes se vio la temporada más caótica de los últimos 20 años para el Manchester United. La decisión de su designación estuvo completamente a cargo de Sir Alex Ferguson, su legendario predecesor y también compatriota. Su bajo perfil y aceptable trabajo con el Everton durante 11 años, fue lo que determinó su final elección. Moyes no era alguien rutilante, no tenía pergaminos y ‘Fergie’ creyó que podía labrar un camino propio con los ‘Red Devils’.
Dos similitudes se dieron en las temporadas del Barcelona y del United, ambos ganaron al principio del curso la Supercopa y la Community Shield, respectivamente, y ambos apostaron por técnicos que estaban fuera de la élite. A diferencia del Barça, el United perdió mucho más, pues terminó fuera de la próxima Liga de Campeones tras estar por 19 años consecutivos y su rendimiento en casa acabó con muchas rachas de adversarios que no ganaban allí desde hacía mucho.
El análisis del United se sintetiza así: Su plantilla necesita refuerzos, pero ese mismo equipo que quedó séptimo en la tabla de la Premier, fue el mismo que el año pasado fue campeón. Por ello, y sin pensarlo mucho, a David Moyes le quedó grande el Manchester United.
Brendan Rodgers – Liverpool
El proceso del Liverpool con Brendan Rodgers ha sido de los más interesantes en Europa. Al mismo estilo de Simeone en el Atleti, logró potenciar a jóvenes jugadores y a establecer a otros. También, depositó toda su confianza en los líderes del equipo, Gerrard y Suárez, hecho que le valió pelear la Premier hasta el final.
Con Rodgers se cree en el camino del trabajo sostenido a través de los años a pesar de que le faltó el paso más importante.
Muchas veces en el fútbol hace falta ese “extra” para lograr lo que se quiere, y en este caso pudiéramos hablar de la fortuna o de la aparición de lo infortunado. Liverpool venció a Manchester City en una “final” vibrante y ya nada parecía pararlo camino al título, pero apareció un error y un resbalón del capitán, Gerrard, y todo se vino a pique. Ni hablar de lo que le ocurrió ante Crystal Palace. Esta vez le tocó sufrir la remontada de un 3-0, contrariamente a lo que sucedió en la final de Champions de 2005 ante el Milan.
Para Liverpool, lo más complicado será seguir sin la estrella del campeonato inglés, Luis Suárez, quien con alto grado de probabilidad saldrá del equipo ‘Red’. Si logra traer a un gran delantero, volverá para dar la pelea y mostrarse nuevamente en Europa.
Jose Mourinho – Chelsea
No ganó nada, pero el Chelsea volvió a tener algo que había perdido: la identidad plasmada por Mourinho.
Con un estilo a veces rácano, los ‘Blues’ volvieron a ser estratégicos y resultadistas; todo eso gracias a ‘Mou’. Esa filosofía tan polémica y que poco gusta, fue empleada durante todo el ultimo año por el portugués, quien se desprendió de Juan Mata y mantuvo a piezas jóvenes y de experiencia en su plantel. Lo que no tuvo en una figura de talla mundial, lo complementó en ello, en juventud y veteranía.
Así fue como este nuevo Chelsea coló su nombre en instancias importantes, tanto en Europa, como en las fechas finales de la Liga Inglesa, todo como un libreto hecho ya. El equipo estaba listo para pelear, hasta ahí.
Al menos ya recuperaron lo más importante, a su DT predilecto. El resto será trabajo de Roman Abramovich.
Manuel Pellegrini – Manchester City
Amparado en una gran inversión durante los últimos años, Manchester City nunca bajó la guardia hasta recuperar el sabor que probó recientemente.
Con un corto palmarés pero con mucho arraigo entre la fanaticada de Manchester, el City tiene en el presente su mayor promesa de empezar a forjar la historia que tanto anhela. Para ello, precisamente en el Etihad se instaló un ingeniero que colocó buenas bases en su primera temporada.
Campeón este año de la Premier League y monarca de la Copa de la Liga, Manchester City mandó un mensaje claro, a diferencia de hace dos años, que al menos en Inglaterra, tiene toda la intención de reinar por un buen rato.
Lo que no tuvo Liverpool y Chelsea, lo tuvieron los ‘Citizens’, profundidad en su plantilla. Esa ha sido una virtud dada por la buena inversión. Un equipo con tantas responsabilidades en distintas competiciones, necesita de un gran número de elementos de buena calidad para afrontarlas. Se supone que el City no se bajará del tren en el que está montado.
Josep Guardiola – Bayern Munich
El Bayern y Guardiola, en teoría, apostaron por lo seguro. Primero, un equipo que fue el rey del fútbol en 2013 y segundo, un entrenador que dejó la mejor huella en la historia del Barcelona. La directiva bávara amarró al español mientras éste estaba en New York, pasando su año sabático para descansar y recargar energías, dando una sensación de seguridad y continuidad al gran trabajo realizado por Jupp Heynckes.
La temporada comenzó con derrota en la Supercopa Alemana ante el Borussia Dortmund, pero eso no necesariamente tenía que prender las alarmas. Tampoco fue motivo su sobrada actuación en la Bundesliga, misma que ganó con un nuevo récord de antelación. Lo que desató el sentimiento contrario al último año vivido por al Bayern, fue su estilo de juego. Nada menos que Franz Beckenbauer, gloria del fútbol alemán y presidente honorario del Bayern, criticó duramente la filosofía de ‘Pep’, asegurando siempre que este club no era el Barcelona. Finalmente el toque-toque excesivo que tanto criticó ‘El Kaiser’, terminó por no darle en el campo un plan B al pasado campeón de Europa, y así, el impedimento a la defensa de su título.
Esto puede verse a todas luces como un fracaso tras no llenar las expectativas, especialmente por la estampa de equipo invencible que llegó a poseer, sin embargo, Guardiola tiene suficiente bagaje para contar con la paciencia, más allá de Beckenbauer, de los directivos del club germano. De paso, sumó otro título, el de la Copa Alemana.
Sin discusión, la temporada 2013-2014 estuvo marcada, para bien o para mal, por los técnicos.
¡Qué importantes son!