Vuelve el reto difícil, el de la visita de riesgo, el que
daba toda la ventaja al local, el que al final siempre terminaba siendo un
descalabro abultado, el que la última vez dejó de ser todo lo anterior. Vuelve
el juego en La Paz.
Hoy, después de años, tengo la sensación de que en esta
doble fecha no solo se espera por el recibimiento a Uruguay para ganar puntos;
algo que en otra época no era muy cuerdo, pero que gracias a la última década,
es factible de pensar.
Venezuela está en Bolivia para ganar, realmente así es
aunque la frase tenga exceso de ambición. Creo que para ganar allá es necesario
tener muchas dosis de ambición, creer que se pueden superar las condiciones de
la altura con un buen trabajo psicológico, y claro, la labor hecha
específicamente para sobreponerse a este factor con las cámaras hipobáricas e hiperbáricas.
Uruguay es el rival que la Vinotinto debe mantener
a raya; a esta altura, ya las cuentas empiezan a ser precisas y es allí cuando
al ver la tabla, los charrúas están con dos puntos menos que los de César
Farías. Si logran sumar en el Hernando Siles, la ganancia será más importante cuando
llegue la noche del martes. Si todo resulta óptimo, y aquí hablamos de sacar 4
unidades de ambos cotejos, Venezuela le sacaría 6 puntos de ventaja a La Celeste , que tiene jornada
libre este viernes.
A partir de allí, ya el tema del quinto lugar, el repechaje,
o la cuarta plaza directa, quedaría para analizarlo cuando llegue el momento de
Santiago de Chile.
Por hoy, el pensamiento solo está en Bolivia.